Friday, December 1, 2006

tiempo


Un año más que terminó. No sé si se puede decir que terminó porque la verdad que siento que se esfumó, se voló, se me escapó por entre los dedos como el agua y la arena, sin que me diera cuenta.

Estoy muy feliz, porque todo salió bien. Siempre es igual, me asusto y juro que me voy a morir con tantas cosas y exámenes, y es impresionante cómo uno se acostumbra a absolutamente TODO y además logra hacer un buen papel.

Este año fue un año raro. Creo que todos lo son a su manera porque siempre son diferentes cosas las que se aprenden, situaciones las que se viven y gente la que se conoce.

Y sin embargo siento que este año me marcó mucho, y que siempre me voy a acordar del 2006 por un motivo o por el otro. Cambié mucho, crecí mucho, sufrí mucho y me divertí mucho. Haciendo un balance, puedo decir que conocí mucha gente increíble, me hice muchos amigos con los que nunca pensé que iba a tener esta relación casi simbiótica, y entré más en confianza con algunos que conocía desde siempre. Obviamente, también perdí a gente que quería mucho, y aunque no se pueda considerar exactamente perdida, sí lejos (en distancia y/o en relación).

Alguna de mis noches fue la mejor de mi vida, otra la peor. Y así como creo que en la vida siempre hay dobles complementarios, dos caras de la moneda, el lado vacío y lleno del vaso, o como lo quieran llamar, este año se destacó por sus dualidades.

Me sentí en una montaña rusa constante. Arriba, abajo, intermedio, pasivo, tranquilo, acelerado, excitado, triste, muchos metros abajo, casi tocando el suelo.

Probé cosas nuevas y redescubrí muchas que ya sabía. Me rebelé en muchos aspectos y me recaté en otros.

Dicen que cambié y siento que sigo siendo la misma, allá lejos en el fondo.

Y tengo miedo de lo que puede pasar ahora.

Francia, quinto año, la fiesta de egresados, y al fin, una vez más, la entrega de diplomas y taza taza, cada uno a su casa. Para siempre. Nunca más volver al franco, nunca más tener una hora de Noemí, nunca más escuchar chistes de Pascu y su pato. Sé que para eso falta mucho, pero tengo miedo de que si no empiezo a hacerme a la idea, el 2007 se me va a escapar de entre los agujeros de mis manos por más que trate de tapar las goteras.

¡Qué simple que sería si lo que se me escapara fuera la arena y no mi tiempo!