Sunday, October 19, 2008

Declaraciones de amor I


Es una obsesión, un amor de gorda quinceañera, una historia imaginada de telenovela. No es tangible, no es real.
Todo eso pensaba Ramona mientras caminaba a la estación trabajosamente. Cuando llegó al cruce con la avenida, el muñeco carmesí titilaba. Se decidió a esperar; a su edad ya no estaba para correr, para que la bocineen.
Se encontró con Alberto en el pasillo de su departamento y nerviosa se acomodó el pelo, con miedo de que se le saliera la peluca.
- ¿Podemos hablar?
- Sí. - El corazón le titilaba a un ritmo desenfrenado. ¿Necesitaría un Valium o iba a decirle lo que estaba esperando hacía tanto tiempo?
- Ramona, yo sé que estamos grandes, que las jubilaciones no nos alcanzan para nada, que vos tenés tus nietos y yo los míos. Pero me enamoré de vos como sos, sin disfraces, sin pelucas ni dentaduras. Me enamoré de cuando le pegás a la tele porque no funciona, de cuando vienen tus nietos y sacás la mejor vajilla, de tus chinelas que te dan tanta vergüenza. Me enamoré del olor a tu fijador de pelo, de que gritás cuando atendés el teléfono y de tus aros de perlas.
Y yo sé que estoy viejo y no te puedo ofrecer campos de flores ni alzarte en brazos, pero si querés, si aceptás, le pido a mi hijo plata y me compro una moto, me tiño de negro y me tatúo tu nombre en mis biceps. Porque quiero que caminemos juntos, ya sea con andador o silla de ruedas. Quiero que nos quejemos juntos de que aumentó el precio de la leche y que tomemos los mismos medicamentos. Que me acompañes al médico y yo te lleve a la pedicura a sacarte los callos.
Quiero invitarte a comer, llevarte al cine y que aprendamos juntos a usar el DVD. ¿Querés?

Y en ese preciso momento, a las cuatro y treinta y cinco, dejó de ser imaginario, dejó de ser parte del nuevo programa de Reina Reech, y el living con sillones apelotonados y humedad en las paredes vio a dos jovencitos enamorados con los años en la mirada.

Saturday, October 4, 2008

Historias de amor IV

On est tout simplement un samedi soir sur la terre...




Un homme et une femme se retrouvent et PLAF, c'est l'amour. C'est l'idylle, la perfection, le désir.
Ils vivent leur joie tout seuls, s'aimant tendre et violemment. Ils se cherchent, se profitent, se soutiennent.
Lorsqu'il tentent de le partager, ils se trouvent face à un mur de doutes. Sa famille à elle ne l'aime pas; il est artiste et mal élevé. Les amis à lui la détestent; elle est superficielle et possesive.
Et c'est là que commencent les disputes à propos du beurre ou de qui cède plus souvent.
Le désir commence à se perdre, la perfection à s'effacer doucement.
Sa famille à elle et les amis à lui ne cessent de répéter qu'ils l'avaient déjà averti: ils sont juste pas faits l'un pour l'autre.
L'homme et la femme se laissent emporter par tout cela et sentent avec certitude que quelque chose ne va pas.
Un jour, tout d'un coup, ils entament une grande discussion et finissent par s'en aller dans des différentes directions.
"Son problème est qu'il est artiste et ne pense qu'à sa création.."
"Mais tu sais, je l'aime mais elle est trop superficielle pour moi..."

Et c'est là que, tel qu'il est arrivé en premier lieu, PLAF, l'amour s'en va.
Et l'homme et la femme restent tout seuls.