Saturday, May 24, 2008


Es increible a qué extremos llega mi incapacidad de llorar que aunque sienta un nudo en la panza, necesite ponerme música triste o una película con un final trágico para poder dscargarme.

Y estoy cansada de que sea así. De no poder llorar, y de querer llorar también. Porque no soy una persona que llore. Soy una persona que se ríe.

Ni siquiera entiendo por qué estas cosas me molestan, cuando no deberían. Supongo que todo se remite a sentir que siempre la que quiso fui yo, y que nunca me apreciaron realmente. Fui siempre una especie de relación intermedia para pasar a otra cosa, un darse cuenta de lo bueno que estaba salir con una persona otra vez.

Y me aterra la perspectiva de seguir siendo sólo eso, de que nunca me quieran en serio.
Quien no arriesga no gana, es cierto, pero estoy tan cansada de arriesgar y perder...


Que creo que ya ni vale la pena seguir apostando.

Thursday, May 15, 2008

Es raro cómo una persona entra a nuestro inconsciente de manera imprevista, aprubtamente. Basta con una mirada, alguna que otra frase ingeniosa, o incluso una sonrisa de más para que esté dando vueltas en el caos de nuestra psicología interior.No tiene que ser necesariamente porque la persona nos guste o nos interese particularmente, pero con apenas uno o dos de estos elementos basta para que aparezca y desaparezca continuamente.Hasta ahí venimos bien.Mi duda es, ¿cómo se va? Pareciera que una vez que llegó, es difícil limitar su estadía ahí: cuantas más veces aparezca, más veces seguirá apareciendo, volviéndose progresivamente una plaga en nuestro cerebro, un maldito virus que atenta contra nuestro tiempo de reflexión.Quizá sea necesario que otra persona o cosa venga a reemplazar el tiempo que ocupábamos pensando en el anterior, o por ahí radique simplemente en una cuestión de no-pensar en no-pensar.
Ana tenía miedo de la oscuridad, de las cucarachas y de quedarse sola.
Tenía ciento doce llantos por amor y tres noviazgos frustrados. Muchísimas noches en vela tratando de descubrir qué estaba mal consigo misma, y peleas en las que se lo recordaban. Cincuenta y siete borracheras, cuatro cuadernos llenos de sus escritos, y doce viajes en avión. Doscientos trenta y tres libros leídos, cuarneta sesiones de terapia y siete materias aprobadas. Una vida estructurada y feliz, y varias ilusiones escondidas en un cajón.
No tenía un pasado digno de una telenovela de las tres de la tarde, ni un muerto en el placard. No tenía una belleza exótica ni una inteligencia sobrenatural, y no le ocurrían cosas extraordinarias.
Y, por sobre todas las cosas, nunca había tenido un verdadero amor, una realación de esas de película que van y vuelven, nunca había sido parte de esas parejas que simplemente están destinadas a ser y estar.

Wednesday, May 14, 2008


Creo que lo más difícil de estar solo no es el hecho de estar solo en sí, sino todo lo que eso implica. No sé si es peor que te estén preguntando constantemente "¿y vos? ¿en que andás? ¿algún chico por ahí?" o que exijan saber por qué no estás con nadie (¡si lo supiera no estaría acá hablando con vos!).

Además, tus conocidos suelen aparecer con candidatos "perfectos" para vos y tratan de arreglarte citas a ciegas (cosa más patética que eso no hay; ¡si quiero salir con alguien, puedo hacerlo sin necesidad de que vos me lo consigas!).

Sin embargo, sostengo fervientemente que lo más irritante es todo el tiempo libre que tenés para pensar... en otros. Para acordarte de los momentos lindos, de los feos, de las razones por las cuales no funcionó, de todo lo que hiciste mal. De preguntarte lo que podría haber sido, de dudar si no eran tan malos como parecían, y hasta de considerar seriamente volver a ponerte en contacto y comprobarlo por vos misma.

Evidentemente, todo eso se termina apenas conocés a alguien que ocupa tu mente y tu tiempo una vez más y que va a ser, en suma, el objeto de tus futuros pensamientos, una nueva historia por la cual remorderte y un nuevo muñeco carmesí al cual admirar en tu lista de msn.

Sunday, May 11, 2008

La vida es un subibaja, una montaña rusa, un boleto de ida y vuelta.

I

Te espero. Sé que algún día vas a llegar y vamos a ser como dos piezas de rompecabezas que se encastran. Vamos a abrazarnos y a formar un cubo, una naranja, un triángulo si vos lo querés así. La gente nos va a mirar y va a decir "Sí, mirá qué bien que quedan. Combinan."Pero a nosotros nada nos va a importar, porque yo me voy a haber pasado años esperándote, como Penélope pero sin las agujas. Y vos te vas a haber pasado años buscándome, atravesando las llanuras y montañas de otras, esperando siempre encontrarme en otros ojos y otras bocas. Porque fuimos al principio un ser andrógino separado y destinado a buscarse.Por eso sé que cuando me encuentres, todo va a estar bien. Sé que ya vas a aparecer y es por eso que te espero.

II

Apareciste de a poco, escabulléndote entre los obstáculos que diseñé a propósito, saltando trampas y superando miedos; ganándole en la pulseada infinita a mis guardianes y tirando abajo mis murallas. Trajiste viento de mar y manos de leñador, y me regalaste sonrisas de chocolate y abrazos de mazapán.
Callado, te fuiste apropiando de mi cabeza, y lograste que no me diera cuenta de nada hasta que te encontré paseándote a tus anchas por los caminos de mi inconsciente en el convertible de la ilusión. Y eso que ni siquiera tenías registro, y menos que menos cédula azul.
Me invadiste con tus ejércitos, conquistaste mis países y te adueñaste de mi mapamundi.
¿Y qué querés que te diga si te proclamaste dueño legítimo de mis propiedades, y ganador imbatible del TEG?
Disfrutáme.


III

Como un parapentista que se arriesga y salta a pesar de saber que su equilibrio es precario, que es tan inestable como una pluma y que una mínima ráfaga de viento puede hacerlo estrellar y caer a la velocidad de la luz.Pero que sabe también fundirse con el aire, mezclarse entre los pájaros, olvidarse por un minuto de pensar y disfrutar con los sentidos alerta de la tierra en miniatura, del mundo como si fuera un Play Mobile, de las montañas, el río, los autos y la gente unidos en una mirada.Así me siento. Así quiero estar.Lo único que espero es que la caída no sea abrupta, que no me estrelle cuando ponga los pies sobre la tierra, ni me olvide de cómo volar.

IV

Tu sonrisa se expande por kilómetros y desparrama un arco iris por el mundo, levantando vuelo a mi locura y felicidad. No es una sonrisa cualquiera, porque con apenas desplegar los labios, hacés lo que millones de dólares o un día soleado no logran: que todo el mundo sonría. Que todo MI mundo sonría.

V

Soy como un ovillo de lana. Tus manos me tejen, me entrelazan, me trenzan. A veces perdés puntos, pero siempre los emparchás, haciendo que no se noten los agujeros que me vas dejando. Invariablemente compensás todo el mal que me hacés, porque no puedo no perdonarte y te dejo volver sobre la misma línea varias veces, hasta que todo sale bien. Torpe pero pacientemente vas dándome forma, tus dedos fuertes van formando nudos de mí, poniendo esmero en cada detalle que hacés, para que cuando al fin termines esta bufanda, sweater y gorro de mí, puedas usarme para abrigarte, protegerte, lucirte. ¡Qué bien que te quedo!

VI

Descubrí que hay dos tipos de fumadores: los neuróticos, obsesivos que fuman hasta que empiezan el filtro, que se lo terminan en 5 minutos y ya están prendiendo otro; y los que fuman disfrutando, se toman su tiempo, lo apagan antes de terminarlo y se aseguran que no quede prendido.Si fueras un cigarrillo, te fumaría todo.

VII

Me retorcés y me enredás a límites insospechados. Me volvés loca, me hacés dar vueltas como si fueras un samba, y por más que intente agarrarme a la baranda, no puedo evitar marearme y, eventualmente, caerme. Un día quiero blanco, al día siguiente negro. Mañana me despierto color turquesa, y vos seguís inmutable, inafectado, tan pero tan soberbio, camaleón en tu selva de mensajes.
Y estoy dejando poco a poco mi cordura, mi racionalidad y mi orgullo; abandonándolos al costado del camino, desnudándome de mis corazas, exponiéndome casi sin querer, casi sin darme cuenta.
Violeta, amarillo, multicolor. Pintarte de todos los colores de mi paleta para que no puedas camuflarte, esconderte, escaparte. Para humillarte.

VIII

A veces el castillo de cartas sobre el que estamos parados se desmorona, se cae por una mínima ráfaga de viento, y lo que parecía sólido y estable, es en verdad efímero, igual que todo lo demás.Ante esta situación, se plantea una disyuntiva: volver a armarlo, u ordenar prolijamente las cartas en un mazo y olvidarse de la fosa, del viento y de nosotros en la cima de la torre.Al menos hasta que vuelva a llover y desempolvemos de algún cajón olvidado las ganas de armar castillos en el aire, de apilar cartas pacientemente, con cuidado de que un movimiento brusco no deshaga lo que tanto trabajo costó armar.


IX

Acabo de cerrar la tranquera de este camino, le puse un candado a mi reja, definí los límites de mi campo. Arrastré conmigo toneladas de emociones en mi tractor ilusionista y recorrí hectáreas de experiencias. Me clavé espinas y pude admirar los petirrojos de la estabilidad en un glorioso día de sol.
Pero todo eso se secó con el atardecer y al despuntar la primera estrella descubrí que la maleza había crecido en los senderos que tracé con al arado de mi empeño. Descubrí que ya no puedo volver atrás y sobre todo que no siento deseos de hacerlo.
La estaca se incrustó en mis pasturas y mi hacienda perdió toda fertilidad.
Algo murió y no es precisamente el ganado. Algo murió y creo no ser yo.
Es hora de comprar un campo nuevo y empezar una vez más con la siembra. Ojalá la cosecha sea más fructífera.

X

El mundo es como una gran mesa de pool y nosotros estamos ahí, esperando inmóviles en nuestro lugar a que otra bola nos toque con su movimiento y nos impulse, nos propulse, nos obligue a cambiar nuestro rumbo y dirigirnos a otro hueco fuera de nuestros planes. Porque así es como vamos creciendo y acercándonos a nuestra meta final; gracias al roce con otros que siempre, por más mínimo que sea, cambia nuestro camino.
Y de esta manera sigue nuestro juego, golpe a golpe y paso a paso, cambiando de dirección y errándole al objetivo, hasta el momento en que un choque certero nos expulsa de la ronda y sólo queda la oscuridad. La oscuridad y la paz que duran únicamente hasta el momento en que volvemos a colocarnos en el centro y nos dejamos moldear, permeables a lo que nos rodea y propensos a ser alterados.
¿Y mientras tanto? Esperar. Esperarte.

Thursday, May 1, 2008


Es como si me hubiera ido desgastando de a poco.
Parece que soy una versión devaluada de la que era, una espece de yo después de una recesión económica. Mi ingreso bruto literario sufrió una alta inflación, y su valor real ya no es el mismo. Mi risa perdió toda oferta, y el punto de equilibrio entre la soledad y la indiferencia es cada vez más bajo. La elasticidad de mi demanda de cariño tiende al infinito y la crisis generó una escasez de iniciativa. Los incentivos para mi producción de endorfinas son cada vez menores y, en resumen, mi producción dejó de ser rentable.
Lo único que queda por hacer es confiar en que mi estado de bienestar reactive mi economía sentimental mediante obras públicas o, en el peor de los casos, que un nuevo inversor venga con intenciones de volver a construirme.