Tuesday, February 2, 2010

Hay costumbres que se pierden cuando uno está bien, cuando es enteramente feliz, cuando tu carrera te encanta y te va bien, cuando estás de novia hace un año, cuando tu familia está bien, cuando tus amigos también y vos estás estable, sonriente, sonrosada.
Escribir es una de ellas. Quizá porque siempre asocié la escritura a lo que me pasa, y ahora que hago terapia hace dos años y no tengo sobresaltos hace bastante, me reservo mis parrafitos de amor para la intimidad, mis inseguridades en un cajón y mis logros para los que me rodean.
Creo que este blog cumplió su cometido, al menos por el momento. Quién dice que no voy a volver a inundar la web de mis lágrimas contenidas y mis frustraciones, o renacer en otra cosa. Por ahí agarre para el lado de la ficción o de la crítica literaria y cinematográfica. Veremos.
Si alguien sigue circulando por estos pasillos, los mantendré al tanto.