Tuesday, February 2, 2010

Hay costumbres que se pierden cuando uno está bien, cuando es enteramente feliz, cuando tu carrera te encanta y te va bien, cuando estás de novia hace un año, cuando tu familia está bien, cuando tus amigos también y vos estás estable, sonriente, sonrosada.
Escribir es una de ellas. Quizá porque siempre asocié la escritura a lo que me pasa, y ahora que hago terapia hace dos años y no tengo sobresaltos hace bastante, me reservo mis parrafitos de amor para la intimidad, mis inseguridades en un cajón y mis logros para los que me rodean.
Creo que este blog cumplió su cometido, al menos por el momento. Quién dice que no voy a volver a inundar la web de mis lágrimas contenidas y mis frustraciones, o renacer en otra cosa. Por ahí agarre para el lado de la ficción o de la crítica literaria y cinematográfica. Veremos.
Si alguien sigue circulando por estos pasillos, los mantendré al tanto.

Saturday, May 2, 2009

Odio la rutina y la monotonía. Tengo un problema con sentir que siempre todo se repite, que vamos siempre al mismo lugar, que comemos siempre lo mismo, que hablamos siempre de lo mismo. Necesito que me entretengan, que me den vueltas, que me mareen de creatividad y ganas. Soy alto mantenimiento; no me conformo con ir todos los fines de semana al cine o a tomar un helado.

Y sin embargo... y sin embargo, con vos nunca es rutina.

Tuesday, February 24, 2009


¡Y yo que siempre pensé que la expresión "tener mariposas en el estómago" era tan estúpida y errada!

Friday, January 16, 2009

Es tan tranquilizador saber que aunque se declare una Tercera Guerra Mundial, haya un terremoto y cuatro tsunamis o mueran millares de personas de hambre, lo único que no cambia y no cambiará nunca es el cine que nos vende Hollywood.
Una y otra vez, la trama se sucede.
Un tipo de película clásico, por tomar un ejemplo, es el del equipo de treceañeros perdedor que intenta jugar a un deporte (por lo general baseball). Este equipo está compuesto por una chica, un gordito que no puede correr, un espástico y un chico perfecto que nunca entendemos por qué no está en el equipo de los lindos. El entrenador suele ser el padre de alguno, y siempre siempre terminan ganando el campeonato después de muchísimos esfuerzos y cuasi derrotas.
Otro clásico es el de la historia de amor. El patrón parece casi cortado a máquina: hombre conoce a mujer, se enamoran, obstáculo por el cual no pueden estar juntos, ella se enoja, él le pide de volver, ella le hace una escena, conoce a otro y se da cuenta que no siente lo mismo, él le vuelve a pedir de volver, canción romántica y créditos.
Y lo peor de todo, lo más triste del asunto, es que aunque sepamos que siempre pasa lo mismo, y aunque podamos discernir desde el principio cuándo termina bien y cuándo mal, seguimos regodeándonos con los besos bajo la lluvia, seguimos llorando en las partes en las que quieren que lloremos y, por sobre todas las cosas, seguimos consumiendo lo que pretenden que consumamos.
Y sí, me resulta un poco relajante saber que aunque se muevan las placas tectónicas y el mundo se caiga a pedazos, hay algo entre esta nube de objetos y personas dinámicas que va a permanecer estático, que siempre va a estar ahí esperándome.
Gracias Hollywood.

Friday, January 2, 2009

Ilusión

Un año más que se va, un año más que se fue.
Terremotos vocacionales, sequías amorosas, huracanes de bronca. Reencontrarme, conocerme, redescubrirme en esos ataques de furia, en esa indiferencia vacía, en ese súbito mutismo. Hacerme cargo de responsabilidades y neurosis, y no perder la calma al volante.
El 2007 empezó tan bien y terminó tan mal.
El 2008 empezó tan mal y terminó tan bien!
Y sí, quizá esté en un pico de optimismo y fe, pero ya no vivo en Siberia y aunque tampoco encontré mi París, digamos que estoy en la selva centroamericana. Y que ya no quiero abrigarme y quedarme cerca del fuego, sino calzarme la mochila y recorrer hasta el agotamiento los caminos desdibujados de lo que sigue.

Saturday, December 27, 2008

A veces todos necesitamos simplemente acostarnos en el pasto y mirar las constelaciones, dibujar mapas y trazar caminos. A veces está bueno ponerse los auriculares a todo lo que da y cantar "I can't look at you/ you're so beautiful", envolverse en buzos gigantes y despertarse con la certeza de haber soñado algo placentero. A veces, sólo a veces, es lindo olvidarse del celular, de la televisión, del mundo. Caminar descalzo y tomar agua de lluvia, manejar cuando no hay nadie en la calle, dormir hasta cualquier hora, comer una bandeja entera de masitas de Navidad. Estrenar un vestido nuevo, nadar hasta quedarse sin aire y reencontrarse con alguien después de no verlo por mucho tiempo. Armar la valija, juntarse con amigos, brindar. Mirar fotos viejas, colgarse acordándose de un buen momento, irse a dormir cuando ya hay luz.
A veces, pero sólo muy pocas veces, es lindo no pensar, no preocuparse, no preguntarse.

La verdadera pregunta radica en qué hacer con el otro tiempo, el que sobra, el que no es a veces sino siempre, todo el tiempo, constantemente, o aunque más no sea muy seguido.

Monday, December 8, 2008

Era otoño y las hojas empezaban a amontonarse en las veredas, las calles, los capós de los autos y los techos.
A Laura le encantaban las mañanas, cuando se levantaba y veía el mundo en amarillos y naranjas, intocado. Todavía no había pasado el barrendero, los autos no habían teñido todo del negro de sus aceites y los zapatos no habían ido formando pilones dispersos.
El mismo ritual se sucedía, una y otra y otra vez. Cada mañana representaba una pequeña versión del Edén. Sentirse la única en el mundo, la primera en ver la lluvia de colores cálidos.
Caminaba a la estación buscando hojas nuevas y distintas, que apilaba en diarios abajo de enciclopedias para armarse su herbario.



Los otoños se sucedieron, las hojas crecieron y volvieron a caer, y Laura nunca abandonó su amor por los restos del verano.
Pero la primera vez que fue a lo de Juan y vio su acolchado rojo, sus fotos ampliadas de árboles cargados de pesadas hojas amarillas y su despertador puesto a las cinco y media, supo que había llegado el momento de la primavera.
De su primavera.



Foto cortesía de Jennifer Berot. ¡Gracias Jen!

Sunday, November 30, 2008

Junto con Nanu, redactamos la siguiente teoría:

Mientras que las mujeres hacen como Kamthatka ( vease http://www.youtube.com/watch?v=GSA4yYRGiVM) y apuestan todas sus fichas a uno, los hombres hacen con las minas como en el TEG: apuestan a varios países, así si la pierden es sólo una más.

Pedimos entonces hombres con los huevos bien puestos y ganas de jugarse por Kamchatka.Si estás de acuerdo con nuestra teoría, gritale al mundo que vos no sos ninguna ficha de TEG.

Hemos dicho.

Wednesday, November 19, 2008

Alfa


Era un empezar algo nuevo, entrar a un lugar desconocido, aprender a moverse en los laberintos y recovecos de otra persona. Desencriptar sus significados, desenmarañar sus hilos de pensamiento como un ovillo de lana, con cuidado de no enredarlo todo más, de no confundirse. Desfragmentar su disco rígico, sintetizar sus señales en un único mensaje: me gustás.

Agarrar el bisturí del análisis de texto y descomponer los subjetivemas, las modalidades, los deícticos puros de espacio y tiempo. Nosotros, yo, te.

Memorizarse sus redes de significaciones, reptar entre las telarañas de su mundo circundante sin perturbarlo, buscar los secretos que susurraban sus neuronas y enterarse de lo que sentía cuando la veía, lo que consultaba con la almohada antes de irse a dormir, y en lo que pensaba cuando la nombraban.

Y era también un frustrarse con sus ideas inconclusas, con sus mensajes contingentes y particulares.

Porque encontrar los ejes de lectura en su discurso, las metáforas de sus ganas y los eufemismos de cuánto le interesaba se estaba volviendo un trabajo tedioso, incierto, desconcertante.

Thursday, November 6, 2008

Los ojos miraban fijo, grandes, a lo que tenían enfrente. Serios.
Las cejas no se movían, inexpresivas.
De pronto, los ojos se achinaron, y arrugas aparecieron a los costados. Se cerraron algunos segundos, mientras las cejas temblaban por encima, y volvieron a abrirse. Miraron al frente con intensidad.
Se bajaron. Las pestañas se revolearon y los ojos volvieron a mirar. Este procedimiento se repitió algunas veces, cada vez más rápidamente.
Finalmente, los ojos se cerraron del todo, relajados. Volvieron a espiar un poquito cada tanto, mirando entre las pestañas.
Volvieron a abrirse del todo tímidamente, con miedo a mirar adelante.

El beso había terminado.