Wednesday, November 15, 2006

Inmutabilidad del ser

Estoy ociosa. No sé si será que de la misma manera en que reprimo todo lo que me pasa, evito escribir, ya que hacerlo implicaría admitir que algo anda mal, o que hay algo que tengo para decir. Estos últimos meses fueron básicamente pretender que mi vida es perfecta, que soy feliz, que estoy feliz. Es más fácil que pensar en que quizá no es así, que estoy anulando, ocultando, mintiéndole al mundo y a mí misma.
Por ahora estoy bien, pero tengo miedo de que cuando pare un minuto a pensar, todo se me acumule, se me abalance y me sofoque, me cubra por completo.
Hay cosas que sigo sin resolver, es cierto. Vos sos una de ésas. No quiero pensar en vos, en mí, en lo que me pasa. Si pienso todo eso, me acuerdo de lo malo, de mis errores y tus defectos. Freud lo llama represión y creo que salta en mis sueños, en mis actos fallidos. Seguís siendo parte de mí, lo quiera o no. Es más fuerte que nada, más fuerte que mis ganas de estar bien y de seguir adelante. Estas últimas semanas apareciste más en mis conversaciones, en mis pensamientos y en todo lo que hago estás ahí, invisible, casi imperceptible para todos menos para mí.
Por eso por ahora voy a hacer un stand by, voy a seguir en pausa por mi mundo, observando todo como si no perteneciera a él, como si fuera Bernardo con su reloj, paralizando a la gente y dedicándome por horas a mirar tranquila, a dormir y tomarme la cosas con paz, divirtiéndome y siendo feliz, o al menos creyéndome así. ¿Y a quién le importa si el reloj no funciona y mi felicidad no existe?