Friday, November 24, 2006

Corre


El ruido de las zapatillas que chocan con el asfalto mojado de la ciudad. Corre sin ningún motivo en especial, corre simplemente para alejarse de los fantasmas que lo persiguen. Está transpirado, está cansado pero ya se olvidó de que no le alcanza para pagar la cuenta del gas y que la esposa de su cuñado está gravemente enferma. Sólo se concentra en correr un poco más, llegar un poco más lejos, perderse en la noche oscura y silenciosa.

La lluvia lo moja, el viento lo acuna, pero hoy está imparable. Los autos le tocan bocina para que se corra del medio de la calle, pero está inmune a todo sonido exterior. Lo único que existe es él. Él y la pista en la que corre.

Un sonido raro en verdad es el que produce el choque de la goma con el cemento. Chuik, chuik chuik. Le recuerda a su infancia, al olor de la cera con la que limpiaban el living de su casa, y cuánto más divertido era correr por el piso de parquet justo después de que terminaran de pasar el ungüento denso. El ruido que hacía era el mismo que hoy, en esta calle Las Heras el 2300. Pero en otra dimensión paralela a la realidad.

Sigue corriendo sin importarle que mañana tiene que volver al trabajo, que el fin de semana ya terminó y que la lluvia está empapándole su único par de medias limpio. Simplemente corre.