Monday, June 30, 2008


Extraño cambiar figuritas, tomar agua de lluvia y ladrarle a los perros. Jugar al Verdad Consecuencia, cantarle a la vieja que está en la cueva, el timbre y el boletín. Las hebillas rojas, la pollera kilt, el elástico y la siesta. La mancha venenosa, las maratones y los retos por hablar en clase. Las fiestas hasta las 9, los lentos y la botellita. Los campamentos, los sandwiches que me hacía mi mamá y las piñatas. Los cumpleaños con animadora y mago, y los concursos de dibujo que una vez gané con "Blancanieve y los siete enanitos". Las clases de artes plásticas y el olor a cerámica, los pooles y pelearse por el subibajas, el tobogán y el castillo inflable. Los millones de regalos en tu cumpleaños, y las pantuflas con ositos, las bombachas de Winnie Pooh, las hojas nº3 y la pluma con tinta azul. Los dictados, el teorema de Thales y decirle "mamá" a la maestra por equivocación. Izar la bandera, los actos del 25 de mayo, 11 de septiembre, 9 de julio, 20 de junio, 17 de agosto. Pintarse la cara con un corcho quemado y el baile de piernas en el himno.
Y supongo que, más que todo, extraño preocuparme por aprender a multiplicar y no saberme los presidentes del período 1880-1916.
Más que nada extraño ser una niña.