Thursday, May 15, 2008

Ana tenía miedo de la oscuridad, de las cucarachas y de quedarse sola.
Tenía ciento doce llantos por amor y tres noviazgos frustrados. Muchísimas noches en vela tratando de descubrir qué estaba mal consigo misma, y peleas en las que se lo recordaban. Cincuenta y siete borracheras, cuatro cuadernos llenos de sus escritos, y doce viajes en avión. Doscientos trenta y tres libros leídos, cuarneta sesiones de terapia y siete materias aprobadas. Una vida estructurada y feliz, y varias ilusiones escondidas en un cajón.
No tenía un pasado digno de una telenovela de las tres de la tarde, ni un muerto en el placard. No tenía una belleza exótica ni una inteligencia sobrenatural, y no le ocurrían cosas extraordinarias.
Y, por sobre todas las cosas, nunca había tenido un verdadero amor, una realación de esas de película que van y vuelven, nunca había sido parte de esas parejas que simplemente están destinadas a ser y estar.