Monday, September 29, 2008

Me irrita muchísimo la gente que hace apología de su ignorancia. Yo puedo entender que alguien no sepa el año de la caída del Imperio Romano, o no se acuerde la capital de Guatemala, pero que se ría después de preguntar en qué año empieza el cristianismo y diga "ay yo en historia soy un cero", "y bueno, lindo y tonto" o incluso "yo soy así de hueco" me saca.
Me exasperan de sobremanera los que dicen que no pueden leer mas de dos líneas de algo que no sea la Cosmopolitan, los que sólo hablan de la nueva temporada de Wanama y constantemente preguntan el precio de lo que usan los demás.
Y todo esto viene de una persona con un insaciable instinto marketinero y consumista.
Pero que asuman que lo único que son es una cara bonita, o que aquello por lo que los demás los conocen son sus piernas largas, me saca de quicio. Que hablen de adoptar "nenitos de color, porque me encantan" para que combinen con sus pieles, me provoca una ira irracional. Y más aún, que pretendan que todos nos transformemos a la medida de su sociedad estúpida y nos volvamos modelos (figurativa y literalmente) es algo que no puedo tolerar. Que querés que te diga, yo no soy tan dócil y no me dejo impresionar por su frivolidad y su belleza de cartón. Porque cuando llueva, van a desteñirse y lo único que va a quedar de su discurso superficial es el eco de las neuronas en su mente y el convencimiento absoluto de que la piel lo es todo.