Sunday, November 30, 2008

Junto con Nanu, redactamos la siguiente teoría:

Mientras que las mujeres hacen como Kamthatka ( vease http://www.youtube.com/watch?v=GSA4yYRGiVM) y apuestan todas sus fichas a uno, los hombres hacen con las minas como en el TEG: apuestan a varios países, así si la pierden es sólo una más.

Pedimos entonces hombres con los huevos bien puestos y ganas de jugarse por Kamchatka.Si estás de acuerdo con nuestra teoría, gritale al mundo que vos no sos ninguna ficha de TEG.

Hemos dicho.

Wednesday, November 19, 2008

Alfa


Era un empezar algo nuevo, entrar a un lugar desconocido, aprender a moverse en los laberintos y recovecos de otra persona. Desencriptar sus significados, desenmarañar sus hilos de pensamiento como un ovillo de lana, con cuidado de no enredarlo todo más, de no confundirse. Desfragmentar su disco rígico, sintetizar sus señales en un único mensaje: me gustás.

Agarrar el bisturí del análisis de texto y descomponer los subjetivemas, las modalidades, los deícticos puros de espacio y tiempo. Nosotros, yo, te.

Memorizarse sus redes de significaciones, reptar entre las telarañas de su mundo circundante sin perturbarlo, buscar los secretos que susurraban sus neuronas y enterarse de lo que sentía cuando la veía, lo que consultaba con la almohada antes de irse a dormir, y en lo que pensaba cuando la nombraban.

Y era también un frustrarse con sus ideas inconclusas, con sus mensajes contingentes y particulares.

Porque encontrar los ejes de lectura en su discurso, las metáforas de sus ganas y los eufemismos de cuánto le interesaba se estaba volviendo un trabajo tedioso, incierto, desconcertante.

Thursday, November 6, 2008

Los ojos miraban fijo, grandes, a lo que tenían enfrente. Serios.
Las cejas no se movían, inexpresivas.
De pronto, los ojos se achinaron, y arrugas aparecieron a los costados. Se cerraron algunos segundos, mientras las cejas temblaban por encima, y volvieron a abrirse. Miraron al frente con intensidad.
Se bajaron. Las pestañas se revolearon y los ojos volvieron a mirar. Este procedimiento se repitió algunas veces, cada vez más rápidamente.
Finalmente, los ojos se cerraron del todo, relajados. Volvieron a espiar un poquito cada tanto, mirando entre las pestañas.
Volvieron a abrirse del todo tímidamente, con miedo a mirar adelante.

El beso había terminado.